El legado femenino

Un tesoro que hay que compartir...

La menstruación ha sido un tema del que no se ha hablado en la familia,

un tema que se daba por sentado,

que se daba por asumido...

Una losa mensual que tocaba llevar, 

y cuanto más en silencio, mejor...


Y ahora me rondan muchas preguntas...

que ya no van a tener respuesta...

y que me hubieran gustado haber podido conversar...

de niña, con mi madre, con mis abuelas...

¿Cómo fue el primer sangrado de mi madre?

¿dónde estaba?

¿quién la aconsejó?

¿quién la guío?

¿cómo se sintió?...

¿Cómo fue el primer sangrado de mis abuelas? 

en sus épocas...

¿cómo debió ser? ¿cómo se sentirían?


Y también respecto al climaterio y la menopausia

tengo recuerdos de mi abuela con calores y sofocaciones,

roja con sudores,

abanicándose con lo primero que encontraba, 

con cara de sufrimiento...

y si yo preguntaba... 

me respondían: 

"son los calores de la menopausia, cosas de la edad... ya te tocará"...

 

¡Qué horror ser mujer!

¡Qué horror tanta carga!

Mientras menstrúas.... porque menstrúas....

y cuando ya no... porque no.... 

¡¡es que no hay ningún momento de paz!!

 

Ahora me doy cuenta 

que el legado que ha ido pasando de generación en generación, 

el legado de todos los procesos femeninos que nos acompañan desde que nacemos hasta que morimos: 

la menstruación, la ciclicidad, el embarazo, la lactancia, el postparto, la menopausia...

ha sido un legado de silencio, de tabú, 

de normalizar el malestar, dolor y sufrimiento, 

de carga que hay que resignarse a llevar...

sin otra alternativa, 

sin otros caminos posibles, 

sin otras posibles formas de sentir y de vivir todos aquellos procesos femeninos...


Ahora SÍ veo esos OTROS CAMINOS POSIBLES, 

sí hay otra forma de vivir todos estos procesos,

una forma de vivirlos desde el PLACER, 

desde el conocimiento,

desde el entendimiento, 

desde la sabiduría del cuerpo con ovarios y útero,

un cuerpo cíclico, 

que si es escuchado, permitido, "bienvenido",

es un ¡TESORO!

 

Un tesoro que nos ayuda a volver al cuerpo, 

a sentir el cuerpo,

a conocernos a través de nuestro sabio cuerpo...

 

Un tesoro que es necesario COMPARTIR con nuestras niñas, 

compartir para que el legado que las dejemos, 

sea un legado de placer....

y que todos los procesos femeninos se vuelvan PORTAL

portal de autoconocimiento, de autodescubrimiento, 

portal de crecimiento... 

y que nuestras niñas puedan sentir y pensar:

"¡Qué bello es tener un cuerpo de mujer!"


 

 


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