¿Dónde está el abuelo?

Los niños y la muerte...


En esta época COVID tan difícil, 

la muerte está entrando en muchas casas,

en muchas familias... 

y los niños preguntan:

"¿dónde está el abuelo?"

"¿dónde está el tío?"

"¿dónde está ese ser querido que jugaba conmigo todos los domingos?"


Preguntas que requieren respuestas, 

respuestas difíciles de dar cuando no nos podemos sostener ni a nosotros mismos

por el intenso dolor que recorre nuestro cuerpo, 

por esas ganas de tirar la toalla, 

por esa sensación de no poder soportar tanto dolor....

 

La muerte es una dura realidad....

que los niños pequeños no acaban de entender

"¿cómo es posible que no vuelva a ver al abuelo?

¿por qué? 

Si no viene él, ¡¡iré yo!!

¿dónde está que quiero ir a verle y jugar con él?"

preguntas que nos derrumban...


¿Dónde está? 

¿cómo contestar a esta pregunta?

Podemos contarles nuestra verdad, 

explicando que no es la única verdad, 

que existen muchas otras verdades válidas...

hay quien cree en un cielo, hay quien cree en una energía que acompaña siempre, hay quien cree en la reencarnación...

"¿cuál quieres tú que sea tu verdad, hijo, hija?¿Te parece que la dibujemos?"


Los niños necesitan que nombremos a la muerte por su nombre... No entienden los eufemismos. 

"Nuestro ser querido ha muerto. 

Ha dejado de respirar, ha dejado de sentir, ya no siente frío ni calor, no siente dolor, no siente tristeza, ni miedo. 

No siente hambre, no necesita comer. 

No siente sueño, no necesita dormir. 

Su cuerpo ha dejado de funcionar..." 

 

Puede ser de gran ayuda ofrecer a nuestros niños un espacio cada día, 

durante 10-15 minutos al día,

para hablar del ser querido y de todas las inquietudes que rodean a la muerte.

Un espacio que yo llamo Emo-momento...

un espacio donde recordar, reír y llorar, 

un espacio donde ver fotos, 

un espacio donde dibujar momentos,

donde dar forma a nuestro cuaderno de recuerdos...

 

un espacio-ritual, 

El COVID nos ha robado el rito, 

llevamos un año en que la muerte no tiene rito,

rito que hace portal, 

rito que ayuda a cerrar... 

...para después poder abrir.

"¿cómo te gustaría que fuera la fiesta de despedida del abuelo?" 

"¿Quieres que hagamos un altar con todos los objetos que nos recuerdan al abuelo?"

 

un espacio donde permitirnos SENTIR, 

sentir TODAS las emociones que nos invaden, 

tristeza, rabia, injusticia, enfado, impotencia, asco... 

TODAS.... 

permitiéndolas todas,

sin reprimir ninguna...

un espacio donde todas son bienvenidas...


y también, un espacio donde permitirnos SENTIR 

sentir a ese ser querido

bajo otra forma...

sentir a ese ser querido

dentro nuestro...

un espacio externo que nos ayuda a crear un espacio interno

donde hacer PRESENTE la ausencia....


Nuestros niños necesitan que abordemos estas conversaciones difíciles en casa,

necesitan que les ayudemos a llenar ese cajón vacío...

de lo que es la muerte, 

de lo que significa morir...

Al intentar protegerlos de tanto dolor, 

con la mejor de las intenciones, 

los estamos desprotegiendo...

Produce más ansiedad aquello de lo que no hablamos y dejamos a la libre imaginación del niño,

que aquello de lo que sí hablamos...

Acercar la muerte a la vida nos ayuda a vivir y a morir mejor...


 


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