Haciendo balance de lo bueno y malo,
estos primeros días del nuevo año,
quiero recordar...

Haciendo balance de lo bueno y malo,

estos primeros días del nuevo año, 

quiero recordar...


Quiero recordar 

y no recuerdo,

si me dieron biberón o me dieron pecho...

Por las fotos parece que fue biberón,

en aquel entonces

era lo más habitual...


Quiero recordar...

Quiero recordar

y no recuerdo,

la noche de mi concepción,

cuando mi papá y mi mamá decidieron

mi existencia...

si la planearon o surgió sin más

de una noche de pasión...


Quiero recordar...

Quiero recordar

y no recuerdo,

como fue mi vida intraútero

en el útero de mamá,

envuelta en líquido y membranas,

conectada a la VIDA

a través de mi hermana placenta.

Células creciendo,

cuerpo formándose...

¿Cómo fue su embarazo?

¿Vomitó?

¿Lo disfrutó?

¿Cuándo sintió mis primeras pataditas?

¿Cuándo sintió la VIDA moverse dentro de ella?

y ¿qué cosas me decía?

¿qué cosas bonitas me susurraba?...


Quiero recordar...

Quiero recordar

y no recuerdo,

¿cómo fue parirme?

¡¡¡Uauuuuu!!! parirme....

¿qué sintió? ¿cómo lo notó?

¿qué hora era?

¿en qué hospital fue?

y ¿cómo fue sentirme, tocarme, tenerme en sus brazos por primera vez?


Mi mamá me contó que iba a nacer el 24 de diciembre, 

el día de nochebuena,

pero el ginecólogo me adelantó,

y nací el 22,

el día de la lotería.

No sé la hora,

ni el hospital.

Por las fotos sé que tomé biberón...


Y luego me vienen recuerdos,

recuerdos difusos,

que ya no sé si son real

o los he creado...

Recuerdos de  momentos,

momentos de infancia...

Un barreño en la terraza,

en pleno sol de verano,

disfrutando con mi hermano y el agua,

mientras un vecino de abajo se enfadaba...

Un día volviendo de un largo paseo,

a la puerta de la casa del pueblo,

ya no me aguantaba,

corrí pero no me aguanté...´

y allí, en la puerta,

me hice pis encima

¡Vaya vergüenza!

ya era mayor para hacerme pis...

o así me hicieron sentir...


Recuerdo tristeza,

profunda tristeza...

Recuerdo alegría,

momentos de alegría...

Recuerdo silencios,

silencios de enfado

que hacen daño,

que dejan huella,

que dejan herida,

que dejan preguntas sin respuesta

¿por qué?

¿para qué?

yo era solo una niña...


Recuerdo épocas de estudio,

agobio,

inquietud,

sufrimiento,

incomprensión...


Recuerdo navidades,

navidades en Francia,

navidades en Madrid,

navidades alegres,

llenas de VIDA...

navidades tristes,

llenas de silencios y de vacíos...


Recuerdo momentos de no saber si tal como era,

era suficiente...

si debía cambiar...

mi hermano brillaba más,

caía mejor,

al menos, 

eso me parecía a mí...


Recuerdo....

y me recuerdo pequeña, frágil, tierna, inocente...

me recuerdo sonriente, alegre...

me recuerdo sensible, 

demasiado sensible...

caminando el camino tortuoso,

caminando el camino de la VIDA.

Un camino en el que me acompañó una madre muy cariñosa,

una madre atenta,

que siempre me admiró.

y un padre muy responsable,

que en los momentos importantes nunca falló...


Si el genio de la lámpara,

me regalara el volver...

No querría...

demasiado frágil,

demasiado vulnerable,

sin recursos,

sin "impermeables"...

No, 

no querría volver...


Esa niña vive ahora dentro de mí,

a veces grita, 

a veces llora, 

a veces duele...


Recuerdo que un día como hoy,

hace dos años, 

acompañé a morir a mi madre...

ella que me dio la vida,

ahora se moría...

demasiado joven,

demasiada VIDA que ya no viviría...


El año de su enfermedad,

no fue un año fácil...

En el trabajo,

faltar para acompañar,

suponía críticas y mucho malestar...

Cuánto dolor al recordar...


Un año de dudas,

de incertidumbre, 

de confusión,

de no saber cómo gestionar

todo el mundo interior,

que de repente se había puesto del revés...


Un año de soledad,

no soledad de estar solo,

una soledad en el sentir,

aquel dolor que me quemaba por dentro,

sólo lo sentía yo,

sólo lo podía sentir yo...

por más que lo expresaba,

por más que lo compartía,

yo sentía que aquello,

solo se puede sentir cuando estás allí,

cuando te toca a ti acompañar hacia el final...


Recuerdo las manos de mi madre,

los masajes en su espalda

y en ese cuello lleno de contracturas,

por falta de movimiento,

por falta de VIDA...

recuerdo los paseos por la residencia San Camilo...

¡qué bellos momentos, sus últimos momentos!

Una muerte dulce,

un buen morir...

Sí se puede,

sí se puede bien morir...

Este año, el virus nos lo ha arrebatado,

nos ha arrebatado vidas,

demasiadas vidas...

y nos ha arrebatado este buen morir...

Mi madre tuvo suerte,

la suerte de poder VIVIR este buen MORIR...


Recuerdo una mañana,

un despertar con fiebre

y un aviso...

el final está cerca...

El día pasa,

comemos bocadillos todos juntos en la habitación,

para no salir,

para estar allí...

Recuerdo un cuerpo cada vez más frío,

cada vez más vacío,

más vacío de ella...

qué imagen...

qué dolor...

dolor superado por el AMOR y la unión que invadían esa habitación...

Recuerdo las 18h15,

un cambio en la respiración,

el final...

la última espiración...

se acabó...

Mi madre que me dio la vida,

se moría delante de mí...


Y esa niña que vive dentro de mí

ha cambiado,

es distinta,

ya no duele,

ya no llora,

ya no grita...

Ha crecido,

ha madurado...

Y ahora agradece,

agradece a esa madre,

agradece a ese padre,

que con su juventud,

que con su inexperiencia, 

me dieron la VIDA,

me dieron TODO, 

me dieron todo lo que podían darme en ese momento, 

su momento de ser padre, 

su momento de ser madre...



Comentarios

  1. Que bonito. Cuanta ternura, cuanto dolor. Cuantos momentos. Cuanta vida tan cariñosamente contada.
    Gracias por compartirlo. Eres grande.
    Un fuerte abrazo,
    Inma.

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    Respuestas
    1. Gracias Inma por leerme, por estar en ese otro lado, y por escribir con tanto cariño. GRACIAS!!!
      Te abrazo fuerte,
      Inés

      Eliminar
  2. Qué palabras que salen desde lo más profundo....salpican ternura y amor con mayúsculas,me encanta la manera de contar las cosas buenas y no tan buenas de la vida,eres grande y con esa fuerza y amor que desprendes podrás superar cualquier obstaculo de la vida...Sigue así, que tus palabras nos ayudan a ver la vida con otra perspectiva..me encanta leer todos tus artículos..aunque no te tengamos como pediatra,te seguimos...un fuerte abrazo.

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    Respuestas
    1. Tu comentario me ha emocionado...
      Tus palabras son arrullo...
      Tus palabras son regalo...
      Tengo mi corazón contento!!
      ¡¡GRACIAS!! Gracias, gracias, gracias...
      Te abrazo fuerte,
      Inés

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