El arte de comunicarnos con nuestros niños y adolescentes (11)

Cuando queremos que hagan lo que les pedimos... y no lo hacen... 

¿Cómo comunicarnos en esta situación?

Cuántas veces pedimos a nuestros hijos

que hagan cosas, 

y NO las hacen...

y hasta que no terminamos en un GRITOOOOO, en una amenaza o en un castigo,

no conseguimos que lo hagan...

¿Realmente es necesario terminar en un grito?

¿Hay otras formas de manejar estas situaciones?

 

Veamos un primer ejemplo de Comunicación Barrera. 

 





















Hija, desde la cama: "Estoy cansada... Déjame un ratito más...."

Madre gritando: "¡YA LLEVAS UN RATITO MÁS!

Venga... Rápido... 

Vístete y ven a desayunar, que llegamos tarde al colegio

¡SIEMPRE IGUAL!

¿Por qué NUNCA me haces caso a la primera? 

¡SIEMPRE tengo que acabar gritándote para que me hagas caso!

Un día te llevo al cole en pijama, y verás como así aprendes"

 

Todas las mañanas se repite la misma situación, 

la hija tarda en levantarse

y hasta que la madre no la grita,

no se pone en marcha... 

 

Y así, día tras día, 

grito tras grito,  

amenaza tras amenaza,

sin conseguir ningún cambio en la conducta de la hija...


👀 ¿Qué efecto produce esta comunicación en la hija?

La niña interioriza un mensaje: 

Para mamá es importante que la obedezca y le haga caso...

Cuando no le hago caso se enfada, me grita y me amenaza.

Obedecer y hacer caso a lo me dicen de hacer es un valor importante para mi familia... 

debo hacer lo que me piden...

debo obedecer... 

así me querrán más... 

también cuando sea adolescente y adulto....

 

Veamos cómo sería un ejemplo de Comunicación Puente o Comunicación No Violenta en esta misma situación:





















Mamá: "Todos los días es una pelea el momento de despertarte e ir al colegio... 

Acabamos siempre con prisas, gritos y enfados... 

¿Qué te parece si esta tarde nos juntamos las dos 

y buscamos una forma que nos venga bien a las dos, 

para que las mañanas sean más tranquilas?

Haremos una lista con todas las ideas que surjan 

y luego elegiremos la que más nos guste a las dos"


👉 La madre se da cuenta que día tras día, 

utilizando la estrategia del grito y de la amenaza, 

no consigue ningún cambio en la conducta de su hija, 

Decide poner en marcha una nueva estrategia: la NEGOCIACIÓN. 

En primer lugar, describe el problema, 

evitando hacer juicios o echar culpas, 

y propone una reunión para abordar el tema 

y llegar a una solución.


👀¿Qué efecto produce este tipo de comunicación en la hija?

La hija interioriza varios mensajes: 

👆A mamá le interesa mi opinión respecto a este problema.

Soy importante para mamá, 

mi opinión es importante...

👆Mi mamá me quiere igual, la obedezca o no... 

Igual pasará con mis amigos...

no necesito obedecerles para que me quieran... 

👆Cuando hay un problema y un desacuerdo, mamá lo resuelve negociando. 

Trataré de hacer lo mismo cuando yo tenga conflictos. 


👉 Entrenar a nuestros hijos en la negociación, 

en el diálogo,

en la importancia de llegar a acuerdos,

evitando las imposiciones, 

es importante para la vida adulta de nuestros hijos. 

 

Nuestro objetivo no es conseguir que nuestros hijos nos obedezcan, 

sino que aprendan a negociar cuando surgen conflictos y necesidades dispares...

 

👉 La negociación no sale de forma automática

requiere de un esfuerzo y de una voluntad 

requiere de escuchar las necesidades del otro,

de expresar las necesidades propias, 

y de buscar un punto de encuentro entre las 2 partes.

 

Se trata de llegar a un gana-gana, 

en que las dos partes se sienten bien.  

y de negociar las consecuencias en caso de incumplimiento de lo acordado 


Será importante mucha flexibilidad,

ya que en ocasiones cada parte tendrá que ceder un poco...


Cada cierto tiempo, es recomendable revisar el acuerdo,

para así analizar si se mantiene igual o si precisa de un cambio...

 

Y tú... 

¿Usas la negociación para conseguir colaboración por parte de tu hijo?

Cuéntame, te leo....


 Los ejemplos utilizados en las viñetas se inspiran en la vivencia real de una mamá a la que acompaño en consulta, que muy amablemente me ha permitido usarlas. ¡¡GRACIAS!!



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