Momentos que dejan huellas en nuestros niñ@s...

Hay momentos que marcan...

hay situaciones que dejan huella,

en nosotros, los adultos, 

y también en nuestros niños... 

Momentos como aquel en que el niño va al urólogo 

y sin previo aviso, 

sin previa explicación, 

así, sin más, 

le pega "el tirón"

prepucio para abajo, 

se terminó la fimosis...

...

Sí... es verdad, 

se terminó la fimosis,

pero empezó el miedo... 

empezó la desconfianza... 

Momentos como aquel en que una niña se cae en el patio del colegio, 

se hace daño, 

rozaduras en ambos codos,

y una herida abierta en la nuca,

la llevan al médico,

le curan las rozaduras,

y le ponen 3 puntos de sutura en la nuca

y le duele...

y tiene miedo... 

no quiere volver a ver a ningún médico... 

y cada vez que entra en una consulta, "la monta"...

 

Momentos como aquel en que la familia entra en casa, 

después de una bonita cena en un restaurante, 

y se encuentra la casa destartalada... 

han entrado a robar, 

todo está tirado por los suelos...

no han robado gran cosa... 

pero sí han robado la confianza y la seguridad, 

el miedo se instaura, 

la niña ya no quiere dormir sola..

 

Momentos como aquel en que el niño ve en el telediario imágenes de secuestros, asesinos y muertos, 

o ve una película de miedo...

imágenes que le impactan,

imágenes que quedan grabadas en una parte de su cerebro... 

y no las puede borrar, 

no las puede olvidar, 

y vuelven, 

y vuelven...

y tiene miedo... 

y ya no quiere quedarse solo, 

y ya no quiere salir....

 

Serían infinitos la cantidad de momentos que dejan huella, 

momentos que nos pueden parecer "poca cosa",  

momentos que nos pueden parecer "importantes y graves"

bajo nuestra mirada adulta...

¡Da igual lo que nos parezcan a nosotros!

lo importante es que en nuestros niños SÍ han dejado huella, 

una huella profunda, 

difícil de borrar.... 

como una herida que por momentos sangra

y no acaba nunca de cicatrizar....

 

Y cuando esto ocurre, 

¿qué podemos hacer? 

¿cómo le podemos ayudar?

Una forma es NOMBRAR, 

VISIBILIZAR, 

recrear y a narrar lo vivido,

ayudarle a narrar lo vivido, 

ayudarle a sentir en el cuerpo las sensaciones que acompañan al momento,

ayudarle a dibujar lo vivido, 

como si de un comic se tratara...

o a teatralizarlo a través de sus muñecos y el juego simbólico...

 

Día tras día la misma historia...

Día tras día un EmoMomento... 

Día tras días durante 15-30 minutos...

Al nombrar el momento difícil,

al narrarlo y darle un espacio diario, 

al mirarlo a la cara, 

se vuelve más manejable,

y va cambiando la emoción que nuestros niños le ponen al momento.... 

...

Sigue siendo la misma historia, 

PERO...

la misma historia con una emoción distinta,  

la misma historia tejida desde otra mirada...

con la ayuda de mamá, 

con la ayuda de papá, 

con la ayuda de un entorno presente, sensible y disponible....

la misma historia resignificada...

dejando una memoria distinta...

dejando una huella distinta... 

más manejable, 

menos traumática...

¿Reconoces alguna situación que haya podido dejar huella en tu niñ@?

¿Te animas a acompañar a tu niñ@ a resignificar el momento?

Cuéntame, 

Te leo en comentarios...