Acompañando a nuestros niños a 

habitar su sistema nervioso...

El niño llora mucho,

y le dejamos llorar...

 

Llora, llora y llora...

"no lo vemos",

no estamos disponibles...

 

Llora, llora y llora...

y no lo cogemos...

 ...

¿Por qué no lo cogemos?

¿Por qué no lo vemos?

¿Por qué no estamos disponibles?

... 

Estamos exhaustos,

estamos abrumados,

estamos en la narrativa...

Así nos han educado...

así nos han enseñado...

No sabíamos...

...

No sabíamos que el no atender esos llantos,

que el ignorar esas peticiones de ayuda,

tenía consecuencias en el sistema nervioso de nuestros niños...

en su RE*, en su EMO*...


Detrás del llanto de nuestro niño, 

se esconde un sistema nervioso que por alguna circunstancia se ha DESREGULADO, 

y requiere de un OTRO para volver al equilibrio, 

requiere de un entorno SENSIBLE a su necesidad,

requiere de un entorno DISPONIBLE capaz de empatizar y de responder a esa necesidad...

 

y si no encuentra esta respuesta del entorno,

de manera repetida, 

a lo largo del tiempo, 

entonces, su sistema nervioso se pone a la DEFENSIVA frente a ese entorno que no le ayuda,

se pone en "modo PELIGRO"

se pone en "modo HIPERREACTIVO"...

no se puede fiar de ese entorno poco sensible y disponible... 

y su sistema nervioso se hace AUTOSUFICIENTE, 

parecen niños súper autónomos que no piden ayuda al entorno, 

pero en el fondo, son niños con un sistema nervioso desregulado que han aprendido a no pedir ayuda...


 y sabéis,

lo más bonito de todo esto es que...

... 

Antes no sabíamos,

pero ahora sabemos...

...

y al saber y entender, 

cambiamos, 

cambiamos nuestra mirada...

cambiamos nuestra manera de actuar... 

Y estos cambios también tendrán consecuencias en el sistema nervioso de nuestros niños...

porque el sistema nervioso es neuroplástico 

tiene una gran capacidad de cambio y de adaptación... 

¡Siempre estamos a tiempo de hacer estos cambios!


Y ahora, cuando nuestro niño se desregula

y grita, llora, "entra en rabieta", huye o se paraliza....

en casa, 

en la calle, 

en el supermercado, 

en la consulta del médico o dentista...

abrazamos muy fuerte al niño,

nos convertimos en SU ENTORNO SEGURO...

acogemos, 

sostenemos,

VALIDAMOS la emoción,

buscando CORREGULACIÓN,

buscando oxitocina,

buscando que su sistema nervioso vuelva al equilibrio a través de la conexión y de sentirse seguros...

buscando convertirnos, poco a poco, en ese OTRO sensible y disponible al que acudir en caso de necesidad 

 ...

Y una vez en equilibrio, 

nombramos lo sucedido, 

ayudándole a resignificar lo que ha pasado...

ayudándole a despertar a su NEO*, su corteza prefrontal...

 

Esta corregulación, 

repetida en el tiempo, 

es lo que les va a llevar a HABITAR su sistema nervioso, 

a entenderlo más,

a entender sus reacciones automáticas, 

a aprender a hacer STOP, 

a aprender a pedir ayudar a ese entorno seguro en caso de necesidad... 

un entorno que se ha vuelto sensible y disponible a su necesidad...

un entorno en el que puede contar para volver al equilibrio cada vez que lo necesite...

 

Un niño NO es capaz de regularse SÓLO, 

un niño llega a la regulación a través de un otro, 

a través de la corregulación con un otro... 

Un niño que llora, nos necesita

Un niño en rabieta, nos necesita

Un niño que confronta, nos necesita

Un niño que pega, nos necesita...

¡¡Nuestros niños nos necesitan para HABITAR su sistema nervioso y enterderlo!!

¡¡Nuestros niños y su sistema nervioso nos necesitan para poder volver a la regulación, al equilibrio!!

No lo pueden hacer solos... 



y tú...

¿te animas a convertirte en ese entorno sensible y disponible que corregula?

Cuéntame,

Te leo...


(*Re, Emo y Neo, hacen referencia a los  personajes del cerebro 
del cuento CAROL CONOCE SU CEREBRO LINK)



Comentarios

Entradas populares