Acompañando la sexualidad de nuestros niños con Olivia. 

El cambio de pañal


Os presento a Olivia.

Vamos a recorrer con Olivia la sexualidad en sus diferentes momentos y en sus diferentes fases. 

Olivia es ficticia. Y Olivia también es real. Olivia puede representar a cualquiera. 


Olivia es pequeña, tiene 6 meses. Se acaba de hacer caca en el pañal. Un pañal de tela precioso que le ha regalado su abuela. Olivia se siente incómoda y llora. Su mamá la oye, se acerca, la coge y al cogerla... le vienen los olores.

"Olivia has hecho caca y te voy a cambiar ¿te parece bien? 

Aquí tumbadita te levanto las piernas y quito el pañal. 

Con la esponja y agua templada voy a limpiar primero tu vulva. ¿Estás preparada? 

Limpio toda la vulva por fuera, por los labios externos y abro un poquito para limpiar los labios internos y todos los pliegues... 

Y ahora voy a limpiarte toda la zona del ano, que es por donde ha salido la caca. ¿Preparada? 

¡Ya está! ¡Estás perfecta! 

Seco un poquito con esta toalla y te pongo un nuevo pañal de los de la abuela. ¡¡Ya hemos terminado!!"


Este relato tan breve permite iniciar la educación sexual con nuestros niños desde el primer día de vida. En cada cambio de pañal, en cada baño, en cada masaje con crema, nombramos las distintas partes del cuerpo, incluidos los genitales. Nombramos los genitales usando su nombre correcto: la vulva, sus labios internos y externos, el escroto, el pene, su prepucio y glande. No hablamos de "sus partes", "los bajos"... Nombramos cada parte con su nombre. Son palabras que deben formar parte de nuestro vocabulario y del de nuestros niños.

Este relato permite iniciar un trato respetuoso con el cuerpo de nuestros niños. Es importante ir cogiendo la costumbre, desde que son muy pequeñitos, de pedirles permiso antes de cogerles, tocarles o lavarles alguna zona de su cuerpo. Se trata simplemente de ir anticipando y nombrando lo que vamos a hacer como forma de respeto a su cuerpo. Su cuerpo es un lugar que les pertenece. Cuando son tan pequeños, no esperamos respuesta de su parte, pero esto no el lo importante. Lo importante es que este lenguaje y este respeto estén dentro de nuestro vocabulario; solo de esta manera conseguiremos que esté en el de ellos.

Los pañales de tela además de ser más saludables para el planeta y para la piel de nuestros niños, al no ser tan absorbentes, permiten un contacto más estrecho con el pis y la caca. Nuestros niños rápidamente sienten sus genitales, su "zona del pañal", sienten la humedad, el calor, la incomodidad. Favorecemos así  que se produzcan mayores sensaciones físicas y mayor consciencia de toda esta zona. Es una forma de visibilizar y "dar vida" a una parte de nuestro cuerpo que se encuentra casi todo el tiempo escondida y tapada. 

Este relato nos permite hablar de la higiene de los genitales y de ciertas particularidades. 

  • Los genitales se limpian solo con agua templada. Evitar lo máximo posible las toallitas. Para la piel exterior y la zona del ano podemos usar jabón, pero la zona interior de la vulva y la zona del glande en los niños se lavan solo con agua templada para evitar cambios en su pH. 
  • Lavamos los genitales de nuestras niñas de delante hacia atrás, desde la vulva hacia el ano. Así evitamos arrastrar restos de heces hacia la vulva y evitamos infecciones. 
  • En los niños no realizamos retracciones forzadas del prepucio. Se retrae la piel del prepucio suavemente hasta donde nos deje, sin forzar y sin dolor (y si no nos permite ningún movimiento, no lo forzamos, lo dejamos) y limpiamos. ¡¡Nunca tirar de más ni forzar!!
  • Al nacer las niñas presentan en los pliegues entre labios externos y labios internos restos de vérnix caseoso (unto sebáceo que protege la piel del bebé dentro del útero materno) que no debemos retirar. Poco a poco se irá absorbiendo y desapareciendo. 
  • En ocasiones las niñas presentan una unión de sus labios internos que tapa la entrada de la vagina. Se llaman sinequias vulvares. Si no producen síntomas (irritaciones locales) no se tratan. Generalmente se acaban abriendo solas al montar en bici, ante algún traumatismo o en la pubertad con los aumentos de estrógeno. 


¿Qué relato queremos fomentar en nuestros niños en actos tan cotidianos como son los cambios de pañal, los baños o los masajes? ¿Cómo potenciar la visibilidad, los cuidados y el respeto al cuerpo y a los genitales?

Os invito a que en el próximo cambio de pañal pongáis atención a estos pequeños detalles que producen grandes cambios en el relato que se están formando nuestros niños.

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