ESCUELA DE PADRES. Educar con corazón y con cerebro.
NEUROSICOEDUCACIÓN EMOCIONAL

Muchas gracias por vuestros comentarios acerca de la imagen. ¡Con todo lo que aportáis, no es necesario prácticamente que añada nada! ¡Qué alegría! GRACIAS



Esta imagen habla de dónde se sitúan los límites de lo que es responsabilidad de uno y de lo que es responsabilidad del otro.

Debo reconocer que a mí, situar estos límites me ha costado años y años, y aún todavía, en ocasiones, me entran dudas.
Recuerdo en muchos conflictos, preguntarme: "¡Hasta dónde llego yo y dónde empieza el otro!".
Sabía que esos límites existían, sabía que era importante que los tuviera en cuenta, pero no sabía cómo ponerlos y dónde ponerlos.
Al no tener claro qué era mío, y qué era del otro, me he hecho responsable de cosas que no tenían nada que ver conmigo y que yo no podía cambiar (ya que no dependían de mí), lo que me ha producido mucho sufrimiento.
 
Es por este motivo que es un tema que me encantaría poder transmitir a mis hijos.


  • Yo soy responsable de mis palabras, de mis conductas, de mis errores y de las consecuencias de éstas.

Nuestros niños deben saber que las palabras que pronuncian y que sus acciones tiene consecuencias en ellos mismos y en los demás. Es importante que antes de hablar y antes de actuar sopesen estas posibles consecuencias. Deben tener cierta mirada de futuro, intuir qué consecuencias puede tener en el otro y en ellos mismos.

El problema y nuestra limitación ocurre en tanto que realizamos estas estimaciones de las consecuencias de nuestras palabras y de nuestras conductas, a través de nuestro filtro, de nuestras creencias, de nuestro complejo mundo interior pero no a través del filtro del otro. Por lo tanto, en muchísimas ocasiones, incluso haciéndolo con la mejor de nuestras intenciones, NOS EQUIVOCAREMOS y haremos daño al otro sin querer, e incluso, sin darnos ni cuenta!!

¿Cuántas veces, con la mejor de nuestras intenciones, le decimos algo a alguien o actuamos de una determinada manera o no actuamos o no decimos, y el otro se molesta por nuestra conducta?
¿Por qué?

¡¡Por la teoría de la mente!! 
 (Imagen del Manual de la Teoría de la mente para niños con autismo)

¡¡Por la capacidad del ser humano de atribuir pensamientos e intenciones al otro!! El otro interpreta lo que hemos dicho o hemos hecho, nos atribuye intenciones.
El problema radica en que lo hace a través de cómo él ve el mundo, a través de su filtro. Todos venimos con toda una mochila de creencias, de ideas, de expectativas, de experiencias.. Y toda esta mochila es el filtro a través del cual interpretamos la vida.
Y, hay tantos filtros, como personas hay en el mundo.
Por lo tanto, ¡lo que yo atribuyo al otro tiene mas que ver conmigo que con el otro! Por ese motivo, es tan fácil equivocarse en nuestras relaciones con los otros....
Cada uno, lo hace lo mejor que puede o sabe...



Entonces, en mi interacción con el otro, ¿cuál es mi responsabilidad? ¿Hasta dónde llega mi responsabilidad y dónde empieza la responsabilidad del otro?
Yo soy responsable de mis palabras y de mis actos. Debo saber que éstos tienen poder, que producen un efecto en el otro. Por lo tanto, no puedo hablar ni actuar de forma arbitraria. Debo poner consciencia a mis actos y palabras.
Una vez hecho ésto, soy responsable de lo que digo, no de lo que el otro entiende.
Y, esta parte, este límite es importante tenerlo en cuenta.
Esto no quita que intentemos hablar con el otro en busca de resolver el malentendido, en caso de existir éste, incluso de pedir perdón.
Aquí no se trata de tener razón, ni de ganar al otro. Se trata de ser feliz.




  • Yo soy responsable de mis ideas, de mis creencias y de mi forma de interpretar el mundo y de las consecuencias de éstas. Y, añadiría: yo soy responsable de mis pensamientos y de mis sentimientos y de las consecuencias de éstos
Yo decido cómo quiero interpretar lo que el otro hace o lo que el otro dice. El otro es sólo un estímulo, pero no es el culpable de mi sentir. El otro dice y hace lo mejor que puede y sabe. Lo que diga y lo que haga, tiene que ver con él, con su historia, con su mochila; pero en ningún caso tiene que ver conmigo. Nadie puede hacernos daño emocionalmente sin nuestro consentimiento.

Si alguien hace algo que despierta en mí la emoción enfado, esta emoción es inevitable, surge en la parte inconsciente de mi cerebro y no debo buscar cambiarla, lo que sí puedo hacer es interpretar la situación de tal forma que el sentimiento que surge sea más beneficioso para mí (y, por contagio, para los demás).

¡OJO! No soy responsable de la EMOCIÓN (ya que ésta es inconsciente) pero sí soy responsable del SENTIMIENTO que yo genero a través de mis pensamientos y de mi forma de interpretar lo que está ocurriendo. Y aquí es donde está NUESTRO PODER!!


Frases como "¡Mira cómo me has puesto!¡Por tu culpa estoy triste/enfadada/agotada!", ya no tienen respaldo neurocientífico.
Deben transformarse en: "¡Mira cómo estoy! ¡Estoy permitiendo que la tristeza/enfado/cansancio se apoderen de mí!"

El otro sí puede ser un estímulo, pero en ningún caso es el culpable de nuestros sentimientos.

¡Somos únicos responsables de cómo pensamos, de cómo nos sentimos y de cómo actuamos!


  • Cuando tenemos claros estos conceptos, la culpa, el rencor y el resentimiento, dejan de tener sentido.
No hay culpables externos. Todo está en mí. Por lo tanto, sólo hay responsabilidad
Y, si no hay culpa, no hay ni rencor ni resentimiento.


Esta imagen de los cuatro acuerdos de la sabiduría Tolteca resumen a la perfección lo visto previamente. 




¿Y cómo transmitir todos estos conceptos a nuestros hijos?

Es importante dedicar tiempo tanto en casa como en las aulas (¡¡esas magníficas asambleas que deberían estar presentes desde infantil hasta la etapa adulta en los trabajos!!) para hablar de cómo nos sentimos en nuestras relaciones con los demás, de cómo funciona nuestro cerebro en relación con el otro y de cómo influimos en los otros.

Un proyecto que fomenta todo este trabajo es el proyecto EL PÁJARO DEL ALMA, realizado por una profesora de infantil y que se puede trasladar a cualquier edad (cambiando el formato) LINK
Se puede hacer también en casa.

Es un proyecto que permite monitorear las conductas de nuestros hijos/ nuestros alumnos.
Es una forma lúdica de dedicar tiempo a hablar de cómo nos sentimos con los otros. Lo podemos dibujar o explicar verbalmente.

Para conseguir nuestro objetivo, es necesario crear un ambiente de ACEPTACIÓN INCONDICIONAL, donde los niños pueden expresar cualquier idea, cualquier sentimiento, cualquier emoción sin sentirse juzgado, ni criticado, ni avergonzados.
  • No se trata de buscar culpables, ni de castigar a nadie, ni de que nadie se sienta mal. No hay culpables. Hay estímulos. Y, es importante que el niño "estímulo" sea consciente de su influencia en el otro y que el niño que se siente "dañado" sea, a su vez, consciente de su poder para decidir cómo sentirse en cualquier momento y de no ceder jamás este poder a nadie.
  • Se trata de darnos cuenta de cómo nuestros actos producen consecuencias en los demás. 
  • Se trata de ampliar nuestra perspectiva. Yo veo al otro desde mi realidad interior, no desde la realidad del otro. Debemos hacernos conscientes de las distintas formas de pensar y de interpretar de los demás. Así, podré entender mejor al otro y entender por qué actúa como actúa y por qué dice lo que dice.
  • Se trata de un momento que permite aclarar dudas y malentendidos.
Conocer todo esto nos permite comprender, respetar y tolerar mejor al otro. Aumenta nuestra empatía. Si conozco las historias y las creencias de los otros, si conozco las fortalezas y las debilidades del otro, se crea un vínculo. Humanizo al otro. Será entonces muy difícil que haga daño al otro.

Podemos terminar la asamblea con estas dos reflexiones por parte de los niños:
- ¿Qué he aprendido?
- ¿A qué me comprometo?





Si estás interesado en profundizar en estos temas de Inteligencia Emocional, Neurociencias y Mindfulness y en transmitírselo a tus niños de una manera lúdica a través de juegos y material manipulativo, pide información del curso on line (inesmerinov@gmail.com) LINK









Comentarios

  1. Como siempre es un placer leer cada una de tus lecciones de la Escuela de Padres. Mil gracias por esta magnífica labor!

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    1. ¡¡Muchas GRACIAS por tu comentario y por tus palabras!!
      Un abrazo,
      Inés

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