Fin de la lactancia materna... 
Un ritual.... 
Un EMO-momento...

Hace un tiempo vino una mamá a consulta. Había decidido poner fin a la lactancia materna. Su hija tiene ahora 3 años. 

Este momento, el momento de decir adiós al pecho, puede ser vivido como un microduelo.
Pasamos por muchos microduelos a lo largo de la vida...
¡Qué maravillosa oportunidad para aprovecharlo y realizar un ritual, algo simbólico que ayude tanto a niños como a adultos a decir ADIÓS a algo querido y HOLA a algo nuevo, algo distinto! 

Un ritual como un EMO-momento
Un momento para permitir la libre expresión de EMO (¿Quién es EMO? LINK), para permitir y acompañar la libre expresión de todo aquello que sentimos y sienten nuestros niños (tristeza, dolor, miedo, inseguridad), un momento para soltar...
Todos los días, una cita con la emoción. 
Todos los días, a la misma hora, en el mismo lugar, de la misma manera.
Todos los días, el EMO-momento.

Para favorecer la creación de ese EMO-momento con nuestros niños, sobre todo los más pequeños, los peluches, los títeres, los muñecos son de gran ayuda. Favorecen un ambiente distendido, un ambiente libre de amenaza y juicio, un ambiente lúdico que ayuda a los niños a conectar con su emoción y a expresarlo. 

Comparto aquí el ritual, el EMO-momento, que esta mamá creó con su hija tras nuestra conversación en la consulta: 
"Le dije a mi hija que el fin de semana teníamos que decir adiós al pecho. 
Pasé por una librería y compré un cuento: "Una cosquillita más". 
Es un cuento que lleva un títere, una liebre muy suave y bonita. 



El viernes por la noche, le regale el cuento. A mi hija le encantó.
Metí la mano en el títere y de pronto, mi hija, empezó a contarle que estaba muy triste porque su mamá ya no le podía dar pecho.... 
La liebre le contestó que era normal sentirse triste porque estaba diciéndole adiós a algo muy valioso, y que durante un tiempo seguiría triste. También le dijo que su mamá la quería mucho y que el ratito que antes estaba tomando pecho, ahora lo pasarían hablando y leyendo cuentos super bonitos. 
Mi hija , cada noche, le contaba a la liebre que ya no tomaba pecho y lo triste que se encontraba y la liebre le decía lo bien que lo estaba haciendo y que era normal estar un tiempo triste. 
Cada día estaba un poco menos triste. 
Y, poco a poco dejo de contar a la liebre lo del pecho y empezó a contarla su día a día... que habíamos estado en la piscina, que había estado jugando con sus primos....

Ya llevamos cinco meses sin pecho y seguimos con los cuentos, las caricias y contando nuestras cosas a nuestra amiga la liebre. 
Cada vez que tiene un problema busca su libro y se desahoga. 
Cuando iba a empezar el cole, tenía mucho miedo y fue a buscar a la liebre. Le contó que tenía miedo porque no conocía a los profesores, ni a los niños. No sabía si iba a tener amigos...
Y, hablando... poco a poco, los miedos se redujeron... y su primer día de cole fue con su mochila y su sonrisa."

La mamá con la ayuda del títere del cuento ha creado este EMO-momento con su hija. Todas las noches un rato donde favorecer y acompañar la tristeza y el dolor por la pérdida de algo querido, en este caso la lactancia materna.
En cuanto la emoción se ha sentido escuchada, sentida y permitida, ha ido bajando en intensidad y ha ido bajando la necesidad de la niña de compartirla con la liebre. 

Las emociones tienen buenas razones para venir a visitarnos y necesitan un espacio y un tiempo para sentirse escuchadas y atendidas. El EMO-momento permite ese espacio, ese momento de libre expresión de la emoción.

¡Cuántos recursos para la mochila de esta niña! 


Nota. ¡¡Gracias a la mamá que me ha descrito con tanto detalle su EMO-momento de despedida de la lactancia materna y me ha permitido compartirlo!!

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