HIJO, ¡PUEDES NO COMER!



¡Mi hijo, solo come si añadimos Ketchup a la comida!
¡Mi hijo solo come lo que le gusta!
¡Mi hijo solo come la comida triturada...!
¡....!




"Hijo, ¡tienes que comer! 
Es importante para crecer y estar sano. 
¿Cómo te vas a ir a la cama sin cenar? 
¿cómo vas a pasarte el día sin comer?"

¿Qué aprende el hijo cuando añadimos ketchup a la comida, cuando le damos de comer solo lo que le gusta, cuando le damos solo purés?

Aprende:

- ¡El "mundo" se amolda a mis "caprichos/necesidades/gustos/deseos/expectativas"!




"Hijo, ésto es lo que hay de comida hoy.
 Puedes comer o puedes no comer. 
¡Tú decides! y lo que decidas ¡estará bien!"

¿Qué aprende cuando le ofrecemos el mismo plato que al resto de la familia, comemos todos juntos en familia, reímos y nos contamos el día, hablamos de todo menos de la comida y sobre todo no le forzamos a comer?


Aprende:
- Creatividad: "se le ha ocurrido mezclar los diferentes alimentos del plato y así cambiar el sabor de lo que no le gustaba" me decía una mamá en la consulta
- Respeto: "No me fuerzan a comer. Si como está bien y si no como está bien también". 
- Hay una autoridad en casa, hay normas y consecuencias naturales: "papá y mamá son los que deciden el menú". 
- Placer: "la comida se convierte en un momento de disfrute familiar donde nos contamos nuestras historias del día a día..." me comentaba otra mamá
- Tolerancia a la frustración: no siempre se puede conseguir lo que uno quiere. "El mundo no siempre se amolda a mis deseos"
- Sensaciones de saciedad/de hambre/de asco/ de gusto: el niño entra en contacto con su cuerpo y con las diferentes señales que su cuerpo le manda. Las escucha. Son importantes. 
 

Cuando nos sentamos a la mesa junto a nuestros hijos, 
¿cuál es nuestro objetivo? 


¿Nuestro objetivo es que nuestro hijo coma?


¿Nuestro objetivo es que el momento de la comida sea un momento de disfrute, de calidad y de aprendizaje, independientemente de lo que coma?




Una mamá me respondió así: 

"En cuanto a tu pregunta ¿mi objetivo? 
Si no meditara todo lo que hemos hablado en consulta, sería: QUE COMA BIEN. 
Pero ahora lo cambio y diría: QUE SEA FELIZ EN EL MOMENTO QUE NOS SENTEMOS A COMER, porque quizás yo tenga miedo u obsesión con el tema de la comida porque recuerdo mi infancia con frases: "no come nada", "mastica, traga, come", "come siempre lo mismo"... y eso al final (aunque yo comía lo que me gustaba siempre) hacía que me sintiera mal."
Ayer, por ejemplo, de tres alimentos (pollo plancha sin ketchup y patata al horno + manzana o melocotón), solo comió uno: la manzana, Y, al terminar la comida me sentía satisfecha por que hubo buen ambiente y me gusto que ella por ella misma decidiese comer manzana por voluntad propia y además contenta."



Cuando nos sentamos a la mesa junto a nuestros hijos, ¿cuál es nuestro objetivo?



(Nota. ¡¡Gracias a las mamas de la consulta que me han permitido compartir su experiencia y sus reflexiones en esta entrada!!)

Comentarios

  1. Hola Inés,
    ¡Que alegría leerte de nuevo!

    He pasado por muchas fases, y ahora mi principal objetivo es no escuchar gritos, reproches, amenazas, chantajes, soportar rabietas... lo de la comida queda en segundo plano.
    Estamos empezando a relajarnos un poquito. Hablando más con los adultos que con los niños.
    Me está resultando un poco difícil, pero lo estamos consiguiendo. Porque, la mayoría de las veces lo que más me molesta no es si el  niño come o no come, lo peor es escuchar  " si no comes te quedas sin tablet...." no vamos a ver a los primos"..."te quitamos los juguetes"...y antes de terminar la frase el niño entra en fase rabieta y llegan los gritos.
    Personalmente no soy de obligarle a comer, y parece que no me preocupo por su salud y que no me importa tirar la comida, todo lo contrario ( hasta he engordado unos kilitos por comer lo que no quería el peque). Pero prefiero que coja una super-rabieta a media tarde porque no ha comido al medio día y tiene un hambre bestial, porque es una consecuencia lógica, a que tenga una rabieta por una amenaza por no haber comido.

    Ya parece que ha pasado la fase de "todo se le hace bola" y ha aparecido una nueva...quiere oler todo ¡ Es Fantástico!
    Pero bueno, cada día es una aventura con esto de la comida. Yo le hablo del cuerpo y de los nutrientes que necesita y porque son buenos unos alimentos y otros no tan buenos, hablamos de los músculos, los huesos, pulmones, riñones...y que somos responsables de su funcionamiento...no se si se va quedando con algo...pero intento que relacione comida-cuerpo y no comida-amenazas, chantajes.

    Gracias por tu ayuda.
    Un abrazo,
    Inma

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    Respuestas
    1. ¡¡Muchas gracias, Inma, por compartir tu experiencia!
      Efectivamente, la rabieta a mitad de tarde por sentir hambre es fabulosa y una consecuencia lógica! Le conecta con su cuerpo y con sus sensaciones de hambre/saciedad. Y, evitamos así que la comida se convierta en una pelea diaria....
      ¡¡Gracias!!
      Un abrazo,
      Inés

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