EMOCIONARIO, EL PLACER

Hugo y Eva han descrito la imagen: "son ardillas jugando en el parque".
Y, "¿qué emoción sienten?"
Me han respondido: "Sorpresa" señalando a la ardilla de abajo a la izquierda, "contentas" las otras dos, "miedo" temiendo por la ardilla subida en la torre de bellotas
¡¡Qué mezcla de emociones en una sola ilustración!!
Se trata del PLACER. Las ardillas están disfrutando jugando con sus bellotas.

El Emocionario describe el Placer como "la satisfacción y la alegría producidas por algo que nos gusta mucho. Puedes hallar placer en actividades muy diferentes: al fantasear con otros mundos, al mirar cosas bonita, al resolver problemas difíciles, al sentirte amado..."

Cuando sentimos placer, en el cerebro se libera una sustancia, la dopamina, que produce una gran sensación de satisfacción y alegría y que nos lleva a querer repetir la conducta que nos produjo placer. Este circuito se llama circuito de recompensa cerebral y está en la base de las diferentes adicciones y también en la base de la motivación intrínseca, de la perseverancia, y de los cambios de hábitos. La mejor manera de conseguir que un niño cambie una conducta inadecuada por una conducta adecuada es activando este sistema de recompensa. Para ello hay que focalizar nuestra atención en cualquier mínima conducta adecuada para felicitarle y hacerle sentirse orgulloso, poniendo así en marcha la inundación cerebral de dopamina.

Lo más importante es que nuestros niños deben saber que ellos solos pueden poner en marcha este circuito de recompensa. 

¿Cómo?
De dos formas:

  • La primera, APRECIANDO EL PLACER. 
Para apreciar el placer, hay que concentrarse. Hay que estar atentos a esos momentos de placer y hacerlos conscientes. Cualquier cosa pequeña, cualquier pequeño motivo que nos produzca placer, hay que respirarlo, hacerlo consciente en la mente. Hay que decirse con nuestra voz interior "¡Esto me produce placer! Voy a saborearlo!". En la vorágine del día a día, si no prestamos atención a estos pequeños momentos para así hacerlos conscientes, éstos, pasan entonces desapercibidos para nuestro cerebro.
La buena noticia, es que esta habilidad de apreciar el placer es como un músculo que se puede entrenar. A medida que lo practicamos, día tras día, cada vez nos es mas fácil darnos cuenta de esas pequeñas cosas y nuestra atención se empieza a focalizar más en ellas. ¡Debemos enseñar a nuestros niños a apreciar los pequeños placeres del día a día!
Y ¿Cómo hacerlo?
Todos los días, durante la cena o ya en la cama, preguntarles qué cosas del día les han gustado, en qué momentos se han sentido alegres y satisfechos. Si no se acuerdan (sobre todo los más pequeños) les podemos ayudar. Hay un estudio que demuestra que tras 6 meses haciendo este tipo de ejercicios que permiten apreciar el placer, el cerebro se vuelve más optimista!! ¡Merece la pena!
Aprovechando esta época navideña, podemos hacer un calendario de adviento del placer. Hacemos un calendario casero con chuches o chocolatinas tras cada ventanita pero para poder abrir la ventana, primero hay que dibujar en la casilla del día correspondiente una situación que nos ha producido placer. Los mayores lo pueden escribir si prefieren.

  • La segunda, BUSCANDO EL LADO POSITIVO DE LAS COSAS. 
¡Todo lo que pasa, pasa para bien! De todo se puede sacar algo positivo o un aprendizaje. Aprender a aceptar la realidad tal como viene buscando siempre algo positivo es una habilidad que se puede aprender. La capacidad de ilusionarse independientemente de las circunstancias externas permite disfrutar más de la vida.
Y ¿cómo enseñar esta habilidad a nuestros niños?
A través de la imitación, por supuesto. Si nosotros, como adultos, no paramos de quejarnos por las desgracias que nos ocurren y no vemos nada positivo, nuestros hijos lo harán igual.

Al final, ser padres, nos hace mirarnos al espejo del autoconocimiento y nos hace crecer como personas ¿Qué quiero enseñar a mi hijo? ¿Mi actitud ante la vida es coherente con eso que le quiero enseñar?

El precioso cuento de Begoña Ibarrola, Historia de una Lata, permite profundizar en este tema. El cuento explica las aventuras y desventuras por las que pasa una lata y la gran capacidad de ésta de buscar siempre algo positivo a su situación y de ilusionarse.



Fichas de actividades para niños mayores de 8 años:
http://www.palabrasaladas.com/di_lo_que_sientes/fichas/ficha_emocionario_41_placer.pdf


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