EMOCIONARIO, LA DECEPCIÓN Y LA FRUSTRACIÓN

Autoconocimiento: ¡Cuidado con las expectativas! Vivir más en el presente y en la aceptación. 

Al ver la ilustración, Hugo y Eva han hablado de tristeza, "¡el zorro está triste!"
Les he tenido que dar alguna pista para que supieran el porqué de la tristeza del zorro... El zorro está triste porque al ir a meter el barco en el lago, se da cuenta que el lago esta seco y ya no va a poder jugar.... Está decepcionado.


La otra ilustración representa la frustración. Esta imagen no la he hecho con ellos porque no sé muy bien cómo interpretarla... Lo que está muy claro es el enfado del protagonista, expresado a través del color rojo.






El Emocionario define la decepción como "el pesar que te invade al saber que lo que tú creías no es verdad y también cuando se desmoronan las esperanzas que habías puesto en algo o en alguien"
Se produce un desajuste entre lo que pensábamos y lo que es en realidad y ese desajuste nos contraría, incluso nos enfada y esto es lo que se llama frustración, "es el malestar y el enfado que se producen cuando no consigues lo que te proponías o esperabas".

La decepción procede de la suma de 2 emociones básicas: la sorpresa y la tristeza.

La frustración procede de la suma del enfado y decepción. 
 
Son por lo tanto sentimientos que nos invaden cuando no se cumplen nuestras expectativas.



¿Y qué podemos aprender de estas 2 emociones tan normales en nuestras vidas? 

Estas emociones se producen cuando no se cumplen nuestras EXPECTATIVAS, cuando planificamos en nuestra mente cómo queremos que sean las cosas y las personas que nos rodean, y, finalmente son de otra forma muy diferente.

Podemos tener expectativas acerca de nosotros mismos, acerca de los demás y también los demás tienen expectativas depositadas en nosotros (¡qué difícil es esto de estar a la altura de lo que los demás esperan de nosotros! ¡Vaya carga tan pesada y dolorosa, ésta de querer satisfacer las expectativas de los demás!)

El problema es que en la gran mayoría de las ocasiones las personas y las cosas son diferentes a cómo habíamos planeado. Y, este desajuste entre la realidad y la "película que nos montamos de cómo debería ser esa realidad" nos produce SUFRIMIENTO.

  • Las expectativas tienen su lado bueno. Nos dan la energía, la fuerza y la motivación para perseguir aquello que deseamos que ocurra, nuestros sueños, nuestros proyectos. Ya hemos visto en el post de que "creer es crear". 

  • Entonces, ¿dónde se encuentra el límite de las expectativas para no pasarnos a ese " lado oscuro" que nos produce tanto sufrimiento?
El límite se encuentra en no olvidar que nuestras expectativas no son equivalentes al resultado final, a la realidad que finalmente acontece, y en la aceptación, en la no resistencia a lo que finalmente ocurre. 

Hay una frase que me sirve mucho en estos casos: "Lo que sucede, CONVIENE". 


Eso es, al final no ha ocurrido lo que nosotros deseábamos, la persona no se ha comportado tal como nos hubiera gustado o tal como nosotros hubiéramos actuado con ella.... , 
¿Qué opciones tengo entonces?
  • La primera, la decepción acompañada de frustración: me enfado con la vida, me quejo, busco culpables.... En definitiva, tomo el papel de víctima. Y, lo peor, NO RESUELVO NADA. Solo sirve para cargarnos de energía negativa... muy contagiosa ¿De qué sirve pelearnos con la realidad?
  • La segunda, la aceptación. Me enfado, me entristezco por lo que no he conseguido o por no recibir lo que yo esperaba de esa persona. Dejo un espacio y un tiempo para sentir estas emociones y abrazarlas con cariño. ¡Tengo derecho a estar enfadado y triste! ¡Ojo, no reacciono ni culpo a nadie de lo que siento! 
Y, tras este duelo, vuelvo a coger las riendas de mi vida y busco alternativas, soluciones que dependan de mí. Centro mi atención en lo que hay, en vez de en todo aquello que falta. Tomo una postura proactiva y protagonista. Esta postura nos permite aprender, disfrutar y valorar todo lo que finalmente acontece. 



Se trata por lo tanto de tomar conciencia de nuestras expectativas y aliarnos con ellas para que se conviertan en un motor y no en una fuente de sufrimiento. Distinguir bien la realidad de nuestras expectativas y ser muy flexibles y tolerantes respecto a las circunstancias que la vida nos trae y respecto a los comportamientos de las personas que nos rodean. Y tener confianza en la vida, es decir, entender que todo aquello que nos ocurre en la vida, muchas veces no es lo que nos gusta que nos ocurra, pero sí es lo que necesitamos que nos ocurra para aprender, para evolucionar como personas, para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. En definitiva, se trata de vivir con aceptación y confianza en el PRESENTE. Simplemente estar en lo que ES, simplemente disfrutar con lo que ES, decir SÍ a las personas que nos rodean, tal y como son y a la vida tal y como sucede. Esto es Mindfulness. 

Frases de autoconocimiento:
1.  "Cuando sueltas las expectativas eres libre para disfrutar las cosas por lo que son, en vez de frustrarte por lo que crees que deberían ser", Mandie Hale
2.  "Sentir decepción por algo o alguien es un claro indicador de que estás interpretando lo que ha sucedido desde una visión muy subjetiva y egocéntrica. Nada ni nadie ha venido a este mundo a cumplir tus expectativas", Borja Vilaseca


Como recursos para profundizar en este tema recomiendo una película de Sergi Torres: Yo libre, un viaje al instante presente.



¿Y respecto a nuestros niños, cómo trabajar estas emociones?
 
Nuestros niños se sienten decepcionados en muchas ocasiones y se frustran en muchas otras. ¡Esto es normal! Nuestro papel como padres es acompañarles en el sentir de estas emociones para que no reaccionen de forma automática.

  • Lo primero es NUNCA ENGAÑAR. Muchas decepciones por las que pasan nuestros niños se deben a promesas que les hacemos y que después por motivos sobradamente justificados, no acabamos de cumplir. Esto crea en nuestros niños mucha impotencia y falta de confianza en los demás... Hay que pensar bien qué cosas prometemos para asegurarnos poder cumplirlas. Si en situaciones excepcionales, no podemos cumplir la promesa (somos humanos), pedir disculpas.
  • Lo segundo es CUIDADO CON NUESTRAS EXPECTATIVAS RESPECTO A NUESTROS HIJOS. Ni esperar demasiado ni demasiado poco de nuestros niños es beneficioso para ellos. Deben sentirse únicos y especiales tal y como son. Y deben sentirse queridos y valiosos por como son y no por cómo se comportan o por lo que consiguen. Todo necesita su tiempo, practica y paciencia.Y, nosotros estamos allí para ayudarles y acompañarles, y no, para que satisfagan nuestras necesidades.
"Estoy aquí para atender tus necesidades, tú no tienes que atender las mías", Victoria Cadarso

  • Y lo último, es enseñarles a TOLERAR LA FRUSTRACIÓN.
Siempre que hay límites, hay frustración y los niños, necesitan límites para así sentirse seguros y queridos.
Ya hemos visto que la emoción básica de la frustración es enfado. Por lo tanto, nuestros niños ¡se van a enfadar! Estupendo!! Pero, en la expresión del enfado, no todo vale. Y allí estamos nosotros para contenerlos.
Una vez que la intensidad de la emoción baja (¡siempre baja!), nuestro papel cambia. Debemos acompañarles en la aceptación de la realidad y guiarles en la búsqueda de alternativas, en caso de que éstas existan. Y aquí, todo vale: cualquier solución, aunque sea muy extravagante, es tenida en cuenta y apuntada en la lista de alternativas posibles. Por ejemplo, en la imagen del Emocionario, una solución alternativa podría ser que el zorro se pusiera a jugar con el barco y las ranas.... ¡Pero, hay muchas más! Las alternativas se pueden escribir en una lista o en forma de trozos de una tarta para que sea más divertido.
Esta búsqueda de alternativas se va a convertir en una buena base de cara a futuros conflictos con compañeros.... y a una resolución creativa de estos conflictos.... ¡Os invito a dedicarle tiempo, paciencia, mucho amor y respeto!



Cuentos y recursos para trabajar estas emociones con nuestros niños

  • Para mayores de 8 años, las fichas de actividades:
- Decepción
- Frustración


  • Para todas las edades, los cuentos:
1. Nico el emprendedor, ¡sí puedo!, Carolina Barco


Magnífico y sencillo cuento, en el que Nico, el protagonista siente decepción y frustración al no conseguir hacer su castillo de arena. Pero, ante los obstáculos, Nico va encontrando soluciones.... 



2. Así es la vida, Ana Luisa Ramírez y Carmen Ramírez. 


Para mí, una joya de cuento!!La vida misma hecha un cuento! ¡Bellísimo!
"Seguramente, cuando las cosas no salen como quisiéramos, es porque se nos está invitando a hacer nuevos descubrimientos. Cada día se estrena cada vida ¡Y no nos la podemos perder!"
¡Os lo recomiendo! 

















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