NUEVO DÍA DE MEDITACIÓN:

Hoy hemos profundizado en un mantra (ya empezamos la semana pasada): SA-TA-NA-MA
La verdad ¡la experiencia ha sido preciosa!

Con un audio de fondo que nos ha ayudado a seguir el ritmo, hemos cantando el mantra SA TA NA MA usando el mudra que aprendimos la semana pasada:
- SA dedo pulgar tocando el índice,
- TA dedo pulgar tocando dedo corazón,
- NA dedo pulgar tocando dedo anular,
- Ma dedo pulgar tocando el meñique...y vuelta a empezar.
Pongo el link a un vídeo donde se ve un niño haciendo esta meditación (solo interesa el principio del video) 
Al principio, ha habido risas, miradas..... pero, poco a poco, todos han ido entrando en la meditación y se ha notado una armonía y una paz tremenda!!
Se dice de esta meditación que permite traer el equilibrio a la mente, ayuda a enfocar y a centrarse (quizás sería una buena opción practicarla unos minutos antes de ponerse a estudiar por las tardes).

Hemos leído el cuento ¿Quién soy yo? de Victoria Martín Moreno

Los comentarios que han salido a raíz del cuento han sido muy interesantes: cómo nos solemos definir comparándonos con los demás olvidándonos de quienes somos realmente y cómo según con quien estemos podemos ser extrovertidos y en otro ambiente ser tímidos, ¡Qué confusión! y, entonces ¿quiénes somos realmente? 







También nos ha servido para empezar a hablar de las emociones que sentimos cuando otros se burlan de nosotros y de que hacer en esos casos. Ha habido para todos los gustos: ignorar los comentarios, hablar con la profesora (¿y qué puede hacer la profesora?), hablar con el niño, pegar al niño (este último comentario ha sido un regalo de uno de los niños ya que nos ha permitido profundizar en el círculo vicioso que la violencia crea y cómo cortarlo con emociones positiva).

En el fondo, no podemos cambiar a los demás, pero sí la manera en cómo reaccionamos a los ataques de los demás. Yo creo que ese es nuestro poder: no tanto buscar que castiguen al otro por su acto injusto y violento, sino más bien conocer qué ocurre dentro de nosotros cuando nos sentimos atacados y buscar de forma pausada y reflexiva varias soluciones para poder elegir libremente (y no bajo el efecto del odio, rencor, rabia) la mejor solución.

También hemos hablado de nuestras nubes como pensamientos (lo vimos la semana pasada) y me ha encantado el comentario de una niña: "me he dado cuenta de que cuando me encuentro mal, tengo peores pensamientos" ¡MARAVILLOSO! Se ha convertido en observadora de sus pensamientos, dándose así cuenta que éstos son transitorios, van cambiando y que ella es mucho más que esos pensamientos (Gracias Natalia!!)

Hemos terminado con una meditación focalizando en el sentido de la audición. 
Debían distinguir distintos sonidos que aparecían en un audio y después un minuto de silencio prestando toda la atención a los sonidos de la calle, del pasillo, de la sala e interiores.
¡Lo han hecho fenomenal!
Han llegado a oír pájaros, gente hablando en la sala de espera, su respiración e incluso su corazón ¡Qué maravilla!
¡¡Cuántas cosas ocurren en sólo un minuto sin que seamos conscientes de ellas!! Sólo si les prestamos atención, las convertimos en conscientes...¡Qué poder tenemos si sabemos manejar nuestra atención! ¿no os parece?